2 de febrero

IMPORTANCIA DE LA LENGUA CASTELLANA EN LOS PROCESOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE

Somos seres dotados de lenguaje y a través de él significamos el mundo. De este modo, cualquier saber o disciplina está atravesada por el lenguaje que se vale de un código lingüístico; en nuestro caso, la lengua castellana. La enseñanza y aprendizaje efectivos no pueden prescindir de la lengua, ya sea de forma escrita en libros de texto o documentos o por transmisión oral. Los maestros tienen el mayor tiempo de habla en el aula de clases y la lengua castellana constituye un papel fundamental en la adquisición y desarrollo de conceptos.

Las palabras que componen el código de cualquier saber en el aula se dividen en dos grandes componentes: lenguaje técnico y lenguaje no técnico. El primero comprende palabras técnicas que son específicas de una asignatura o disciplina científica: fotosíntesis, respiración, genes en biología; masa, energía, voltaje en física; átomos, iones y neutrones en química. Cuando se usan como términos científicos, las palabras adquieren nuevos significados, se convierten en palabras de relacionadas con la ciencia.

El componente no técnico se compone de palabras no técnicas y define o da identidad al lenguaje particular de aprendizaje y enseñanza en un aula o el lenguaje de un texto de biología. Algunas de estas palabras no técnicas dan identidad a ciertas asignaturas sobre ciencia, donde se utilizan para expresar un concepto particular importante para un proceso de aprendizaje en las asignaturas científicas específicas: "reacción" en química, "diversidad" en biología y "desintegración" en física.

Vygotsky señala que los niños resuelven tareas prácticas con la ayuda de su habla, así como de sus ojos y manos. En la visión de Vygotsky, el habla es una extensión de la inteligencia y el pensamiento, una forma de interactuar con el entorno más allá de las limitaciones físicas.

La capacidad de usar el lenguaje para ayudar a resolver problemas es una herramienta fundamental. En lugar de tratar de entender el mundo por sí mismo, un niño puede solicitar la ayuda de niños mayores, adultos u otras autoridades. Como resultado, el potencial de un niño debe medirse no solo en términos de lo que el niño ya entiende, sino que debe incluir la capacidad del niño para beneficiarse de lo que otros pueden ayudar a comprender. A esta diferencia entre lo que uno puede hacer y su potencial para buscar la ayuda de otros y sacar provecho de esto Vygotsky lo llamó zona de desarrollo próximo,“La distancia entre el nivel de desarrollo real determinado por la resolución independiente de problemas y el nivel de desarrollo potencial determinado mediante la resolución de problemas bajo la guía de adultos o en colaboración con otros más capaces.” (Vygotsky, 1978)*. Cuantos más niños tomen ventaja del apoyo de una autoridad, más amplia es su zona de desarrollo próximo y, en última instancia, su propia capacidad.



La lengua castellana actúa como un vehículo para el desarrollo educativo de ambas partes (educador/educando) y es primordial en la adquisición, comprensión y uso del conocimiento. En los procesos de enseñanza y aprendixaje, el maestro y el alumno  determinan y validan lo que el alumno sabe  y sobre ello el maestro puede proporcionar conocimiento declarativo adicional. Más adelante, el maestro y el alumno negocian el significado de lo enseñado y se espera que el maestro aclare dudas puntuales del alumno (en el mejor de los casos, el maestro adquiere también un entendimiento que antes no poseía) y a través de esta interacción ambos avanzan en su conocimiento, validado a través del otro.

Lamentablemente, una gran parte del tiempo de escolarización se emplea en transmitir información, en lugar de garantizar su comprensión. Esto a menudo impide la formación de un entorno de aprendizaje interactivo en el que el aprendizaje es un proceso continuo compartido entre el profesor y los alumnos. En la cantidad limitada de tiempo que dura una clase, los maestros que transmiten información lo hacen a expensas de la negociación de significado.

Para concluir esta entrada, además de fomentar el desarrollo del habla para la comunicación, los docentes deben reforzar el diálogo, que puede ser exploratorio, tentativo, usado para reflexionar sobre problemas, para discutir tareas asignadas y para aclarar el pensamiento: hablar no es un acto meramente social y comunicativo, sino que también es una herramienta para aprender y enseñar



*https://www.actualidadenpsicologia.com/que-es/zona-desarrollo-proximo/

Referencias tomadas de notas de clase de la materia Neurolingüística del programa de Psicología de la Universidad de Antioquia, 2012